La forma de amar de
Capricornio no es precisamente audaz y apasionada. Acostumbrado a conseguir las
cosas con una gran laboriosidad, también en el amor es capaz de hacer las
conquistas más difíciles, las que le obligan a un derroche de tiempo y
paciencia.
Es el signo que mejor sabe
controlar los sentimientos. Son inflexibles a la hora de tomar una decisión y
raramente demuestran esa ternura que mantienen escondida y que jamás
exteriorizan.
Su deseo de controlar y
templar su carácter le obliga a combatir sus instintos y pasiones para
dominarse a si mismo.
Si se enamora puede ser
blanco de las mayores torturas porque, incapaz de dominar sus instintos, se ve
sometido a una vorágine de sensaciones que no controla y que le producen
grandes conflictos internos.
Siempre sus intereses
personales prevalecerán sobre cualquier tipo de pasión en su vida.
Su vida sentimental puede
estar marcada por desgracias afectivas más bien complejas. dado que la pasión
de Marte la frena el taciturno Saturno su planeta regente y ello provoca que
las pasiones y los sentimientos de este signo estén bloqueadas.
Como la intuición no está
demasiado desarrollada en este signo, si se enamora es porque ha decidido que
es el momento adecuado para permitirse el lujo de hacerlo y que ello no va a
producir ningún tipo de alteración ni peligro, es en este momento cuando se
deja llevar por la fascinación de la conquista y va hacia su objetivo cueste lo
que cueste.
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