domingo, 4 de mayo de 2014

EL CICLO DE LAS EDADES: De los 42 a los 49 años.


EL CICLO DE LAS  EDADES:
De los 42 a los 49 años.






Hay veces que nos ocurren cosas para que nos demos cuenta de nuestros fallos.
Este ciclo está en conexión con el ciclo que va desde los 21 a los 28 años, la cuadratura de Saturno indica entonces confrontaciones con nuestra naturaleza abierta.
Si nos sentimos insatisfechos con nosotros mismos, debemos superarlo y hacer las cosas de forma que consigamos lo que siempre hemos deseado.
Esta es una fase para expresar quienes somos y compartir con otros lo que hemos aprendido, es un momento excelente para “dar” y “ devolver” de forma natural lo que hemos recibido de otras personas.






Entre los 42 y los 46 años aproximadamente, Saturno se opone a su posición natal por segunda vez, el desafío principal de estos siete años es la necesidad de encontrar el valor y el significado de las relaciones tanto sociales como personales.
En este periodo la  soledad puede ser un problema, surge una especie de soledad subterránea que dura la fase entera.
Hay que tener cuidado de enamorarse y aferrarse a ese amor con fuerza, se debe poner atención para reconocer el tipo de amor que es porque puede ser algo que sirva de tapadera a un sentido de fracaso y ello puede causar severas perturbaciones. Es como nacer de nuevo a una segunda etapa de la vida. Ahora hay mas que ofrecer tenemos la mente mas desarrollada.




También en estos  años notamos que nuestro cuerpo va perdiendo energía, lo que apunta a la necesidad de un cambio básico tanto en nuestra actitud hacia otros, como hacia nosotros mismos. El camino hacia fuera se descubre yendo hacia dentro. Cuando lo exterior decae, mas vale concentrarse en tener algo que nos satisfaga a nosotros mismos.





La capacidad mental puede mantenerse tan fuerte como nunca, la mente y el alma individual alcanza la madurez psicológica, la vida rompe las dependencias, liberándonos        

De todo aquello que no nos deja ser nosotros mismos, por tanto no existe ninguna excusa para no expresar nuestro verdadero ser.

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